-Al morir un ser querido, como lo es la madre o un hijo, se experimentan en ese momento varias etapas. Así lo sentí cuando perdí la mía. Negación, ira, depresión y por último, quizás, la que produce más dolor, la aceptación.
Son estas las respuestas que muchos tenemos cuando experimentamos esa pérdida, pero, como no se cansa de repetir Kessler, no hay una respuesta típica a la pérdida, porque cada dolor es único. Debemos aceptar esa pérdida.
Así lo sentimos y así lo debes estar sintiendo amigo Alexis Blanco, en este momento en que te deja ese ser que te trajo al mundo, doña María Augusta Blanco, la que compartió contigo, llanto, alegrías, tristeza, emociones, dicha, pero sobre todo un profundo amor de madre, un amor de hijo.
Te deja el ser más especial en tu vida, esa vida que no te alcanzara para agradecerle todo el esfuerzo que hizo por ti. Se despide ese ser que te enseñó valores, pero más que todo, te enseñó a creer en tu palabra, con la que has transitado con y sin tropiezos, por el camino de la vida, por el camino de la fe, por el camino de saber amar y querer al prójimo.
Amigo Alexis, hoy le pedimos al señor le conceda el descanso eterno a tu mamá y la reciba en su reino celestial.
Tus amigos y compañeros
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