La conmemoración de los 200 años de la Batalla del Lago debe hacernos volcar nuestros esfuerzos hacia la gesta de su liberación de todos los elementos contaminantes que amenazan con matarlo.
Plantear seriamente la planificación coherente de una ofensiva contra un enemigo que tiene un gran arsenal con el que cada día parece dar pasos agigantados para la victoria final.
Por ello es necesaria la unión de las fuerzas vivas de la región en un ejército libertador. Más allá de los discursos rimbombantes para el agrado del público, hay que tomarse en serio el futuro de un lago que ha sustentado durante cientos de años a toda una región.
Se esperan las políticas públicas eficientes que realmente incidan en el saneamiento del Lago, desde allí es que deben surgir los recursos adecuados para la compra y recuperación de dispositivos necesarios para esta batalla.
Hace falta la confluencia de todos los entes y de la ciudadanía que tome conciencia de la situación, el momento lo amerita pues todos los conocedores del problema advierten que actualmente el Lago enfrenta su peor crisis de contaminación de toda su historia.
Nunca debe ser tema trillado defender el Lago de Maracaibo. Su muerte significaría una catástrofe inconmensurable para la región zuliana y nunca nos podríamos perdonar haber sido culpables de su deceso.
Si un día le dimos la espalda, vamos a darle hoy nuestras manos y nuestros esfuerzos, pues cada minuto que pasa se torna más crítica la situación por el cóctel mortal de contaminantes que diariamente lo atacan. El Lago nos está llamando para que lo ayudemos en su otra batalla.
Fotos: Isidro López
Noticia al Día